En esta serie de pinturas, el medio plástico vuelve a su principio de información a través de un monitor. Los nuevos medios son el referente de la ilusión de esta pintura. Resaltar así el potencial que estos tienen hoy en día, puesto que es el hombre el creador, y el objeto impactado frente a todo el movimiento exterior que se crea día a día. La pantalla se vuelve entonces energía potencial frente al espectador, quien es absorbido por la fuerza de la imagen.
La pintura esta congelada en el espacio, mientras el video es fluido, tiene un principio y un fin. La imagen televisiva esta en constante movimiento, y el espectador es el sujeto pasivo. Aquí es el sujeto el que esta en movimiento, mientras la imagen ¨estatica¨ se mueve mientras el individuo se mueva. La pintura puede tener este principio y fin, dentro del momento en que se encuentra el espectador frente a el, de lo contrario persiste todo el tiempo.
Utilizo entonces el video, y la fotografia como medios para capturar e interferir la imagen real, que finalmente termina dentro de una temporalidad de un pasado, frente al presente. Se muestra tambien un manejo de color enérgico y unas manchas puramente tonales que hacen alusión a una imagen grabada dentro de una interferencia de medios.

Es por eso que el formato hace alusión a la proyección de una imagen del pasado, donde la imagen misma hace referencia a ese espacio no conocido, pero que ahora se revela en la superficie bidimensional. El tiempo es estático y el espectador, es pensante y activo. Imágenes dando información a un espacio pasivo y receptor.

El impacto de luz está ahora sobre cada lienzo, sobre cada pintura, sobre cada segundo de recorrido vigilado. La energía del monitor ya no es eléctrica, sino física y pasional. Es así, como esta serie, reúne los diferentes medios en un lienzo lleno de color y de imágenes pausadas de mí misma, en tiempo y espacio.