Neophytos
Considerando los modelos “protésico”
y del “amplificador de la realidad”, de Moles (1), y subvirtiendo
positivamente la idea de lo “hiper real” - según
Baudrillard (2)-, puede leerse la serie Neophytos, una serie de pinturas
e imágenes digitales híbridas, que articula las tensiones
y los antagonismos presentes en la relación entre realidad y
ficción, natural y artificial, original y copia.
“Tomando las imágenes digitales en
pantalla como modelo, las pinturas e impresiones reflejan y reconstruyen
la virtualidad de la fuente.
La luz artificial, el color condensado, las impresiones por calor y
la textura pixelada, operan a la vez cómo resultado y metáfora
de los nuevos territorios de la pintura digital. La superimposición
manual de capas de pintura al óleo, cubre y reproduce el proceso
digital otorgándole un nuevo aspecto post-protésico.
El cuerpo del recién nacido, simboliza el producto del matrimonio
entre la novia y la máquina. Aislado en un medio ambiente artificial,
el cuerpo se sitúa en la historia de las imágenes, pues
Neophytos se sirve del fragmento de una imagen tradicional - La Madonna
y el niño- para ser insertada en la era de la fabricación
artificial del cuerpo.” (3)
La série consiste en 15 variaciónes
de imágenes generadas digitalmente a partir de una imagen matriz,
y se divide en grupos de Pinturas en Grandes y pequeños formatos
asi como un grupo de impresiónes digitales.
La posterior aplicación mimética de la pintura la hace
indiscernible de la impresión digital. La mimesis digital, la
mimesis pictórica, y la mimesis postpictórica redigitalizada.
Todas ellas basadas en el soporte fotográfico. En sus superficies
no hay diferencias aparentes entre una y otra, son una y lo mismo, creando
en el espectador una ilusión, un simulacro de sus referencias
anteriores.
(1) GIANETTI, Claudia, Estética
Digital, Barcelona, L`Angelot 2002. pp.37-40
“Moles diagnostica una crisis en la ciencia como teoría
racional, cuyos síntomas empiezan a aparecer a fines del siglo
XIX, lo que lo vuelve incrédulo frente a los discursos de legitimación
de la verdad científica. Una de sus propuestas fundamentales
es que las máquinas deben aproximarse cada vez mas al arte y
vice-versa, puesto que son sistemas que poseen, una gran capacidad creativa.
Mediante un método denominado “residuo de simulación”
se propone la reproducción de todos los procesos creativos que
conocemos, de modo artificial. Moles, crea modelos de programas para
la generación de obras de arte, como el “observador artificial”
-capaz de cualificar imágenes como obras de arte-, el “amplificador
de capacidad” - asistente del creador en el procesamiento de información-,
“la maquina imaginativa” - capaz de simular el proceso creativo
del artista, reproduciendo tanto sus errores como sus aciertos- y “el
modelo protésico”, que tiene como objetivo crear prótesis
maquínicas que den cuenta de las limitaciones perceptivas del
artista.”
(2) BAUDRILLARD, Jean. A arte da desaparição.
Rio de Janeiro: Editora UFRJ, 1997.
“Para Baudrillard, estamos frente a lo “hiperreal”,
una simulación sin modelo, ni referente, el fin de la representación,
que presupone un modelo y una verdad que la antecede, y también
el fin de toda la metafísica y el surgimiento de un nuevo estatuto
de realidad:
Lo virtual y lo hiperreal. El ejemplo de la fábula de Borges,
en que los cartógrafos del imperio producen un mapa tan perfecto
que acaba por cubrir todo el territorio, ya no es suficiente para entender
la lógica de la simulación. El modelo de Real no tiene
origen ni realidad. Sería como si el mapa precediera el territorio,
pero también esta analogía no es utilizable. No se trata
más de mapa ni de territorio, pues la diferencia entre el concepto
y lo real no existe fuera del imperialismo de los simuladores que intentan
hacer coincidir lo real con su modelo de simulación. Lo real
pasa a ser producido a partir de matrices y de memorias, de modelos
de comando y puede ser reproducido indefinidamente. Lo hiperreal, es
este producto de síntesis que irradia modelos combinatorios en
un ciberespacio sin atmósfera. Lo virtual sería lo mismo
que lo hiperreal, lo que está en el lugar de lo real.”
(3)RUEDA, Santiago. El Neófito
Tecnológico: Ensambles, FABRIKART Nº 4, 2004 Servicio editorial
de la UPV. 2004
Neodynamics:
Stem Cells
La obra de karen Aune gira alrededor de una preocupación
esencial: Las condiciones y tecnologías que generan y mantienen
la vida. Para hacer sus observaciones sobre el hecho vital, biológico
y “natural”, la artista se vale de una serie de recursos
visuales que parecen extraídos de fuentes diversas como las tecnologías
médicas –eco, radio y foto grafías-, los films y
novelas de ciencia y cyber-ficción y los softwares de creación
plástica electrónica.
Podría pensarse que la artista presenta a la tecnología
en una simbiosis deshumanizada con el cuerpo, a tono con el pesimismo
futurista de la ciencia ficción postmoderna –THX 1138,
Blade Runner, existenZ, Matrix- y con discursos que “denuncian”
a la tecnología como un medio de deshumanización. Sin
embargo, y no exentas de cierto dramatismo, sus imágenes celebran
la aparición de la nueva carne.
Los pedazos de cuerpo, órganos, tendones, músculos, tejidos
capilares, las epidermis, venas y arterias que aparecen en sus pinturas,
son dinamizados, estirados y distorsionados por efectos cinéticos.
Con agudeza, la artista ha percibido que el lapso vital, la existencia
física viviente en la era de la ciber-cultura, se encuentra en
un proceso de aceleración constante, donde los espacios físicos
se encuentran conectados y comprimidos en un tiempo real, que permite
la simultaneidad absoluta de cualquier evento en cualquier lugar.
En su proceder creativo, donde tiempos y vanguardias históricas
se funden junto a preocupaciones acerca de la vida y la tecnología,
y donde las imágenes electrónicas se intersectan píxeles
con las pinceladas y las aplicaciones de pintura en spray fluorescente
sobre la superficie tradicional del lienzo, se hace patente una sensibilidad
neo barroca. El énfasis en el movimiento y el juego de las diferencias,
la dinámica de fuerzas figurada en fenómenos, la abundancia
del ánimo y las emociones que identifican a la sensibilidad barroca,
son escenificados con una limpieza formal poco común. El virtuosismo
técnico, el tratamiento supra-real que lleva al espectador a
creer que ve una imagen digital cuando en realidad está frente
a una pintura, ratifican esa sensibilidad que gusta de la exacerbación,
la sensualidad y la ilusión. Enfrentar la tela es organizar los
órganos, prepararlos para un éxtasis visual. Acorde a
esta sensibilidad neo-barroca, lo monstruoso, asociado a la metamorfosis,
la deformación, la estilización de la realidad y la exageración,
se convierten en conjunto en elementos desestabilizadores utilizados
en la búsqueda de un límite. Para la artista, ser preciso
es ser extravagante.
Estas telas-pantallas – en português la palabra tela se
utiliza para designar también a la pantalla, sea ésta
de cine, televisión ó del computador – casi sin
rasgos de pinceladas ó brochazos simulan las cualidades líquidas
de la imagen electromagnética. Algunas de ellas, donde se utilizan
colores fluorescentes, aspiran a lograr su propia emisión de
luz. Además, este tipo de pigmentos, propios de los empaques
de artículos de consumo rápido – detergentes, juguetes,
chips- siendo tomados de la caja de herramientas de la publicidad, permiten
de nuevo la presencia de la imaginería de la cultura de masas.
En contrapunto, en el grupo de pinturas en las que el color negro predomina,
las formas tibias y pulsantes resaltan el brillo de superficies que
reflejan las temperaturas de tecnologías húmedas.
En conjunto, el tejido dinámico y las imágenes numéricas
son convertidas en una red de información, que sintetiza preocupaciones
vitales, ambiciones científicas y resonancias visuales.
Santiago Rueda Fajardo
Vista espacial de la obra |